Spring Breakers, de Harmony Korine


"...Como si el mundo fuera perfecto, como si no fuera acabar nunca".

Creo que al menos ver esta película-el quinto largometraje de su director, Harmony Korine- debe despertar mucha curiosidad y no por una razón, sino por muchas: el nombre Harmony Korine nos lleva a pensar que será una gran película: llena de destreza visual (recordemos que fue él quien hizo la primera película dogma en Estados Unidos), también, ver a dos de las que fueron las consentidas del magnate audiovisual Disney drogándose, fumando y siendo muy eróticas resulta siendo, aunque sea muy poco, algo curioso; otra está en el irreconocible James Franco (quien interpreta al rapero/delincuente de la historia) que da una actuación de cinco estrellas, pero, la principal razón tiene que ser que esta película fue portada de las dos más grandes e importantes revistas de cine del mundo, hablo nada más y nada menos que de "Cahiers Du Cinéma" y "Sight And Sound", ambas le dedicaron la columna vertebral de sus ediciones a lo que llamaron "la revolución pop de Korine", esto sin duda despierta la atención de cualquier cinéfilo...ahora bien ¿vale la pena?

La respuesta es sí. Spring Breakers es una película muy cuidadosa en su estética y su forma es verdaderamente sorprendente, su construcción narrativa puede que sea la mejor de su director (hasta ahora, claro).

La película no es fácil y no todos los ojos la mirarán igual, el truco de está en saber con qué ojos mirarla. Korine no propone una película moralista, el muestra las cosas como son y no da campo a reflexiones que podrían resultar empalagosas y "clichesudas"; el rumbo de la película se filtra mas por el placer de la observación.

Cuatro jóvenes creen que su salvación está en Florida ( de ahí proviene el nombre de la película, el "spring break" es el equivalente a una semana de receso en nuestro país, semana que es aprovechada por un gran público universitario estadounidense para darse una rumba de 5 o más días), que allí se encontraran a ellas misma y serán libres por fin.

Viven como si no hubiera un mañana ("spring break forever bitches"). No tienen dinero para el viaje pero harán lo que sea para conseguirlo. No les gusta lo que hacen. (Una de las grandes escenas de la película es cuando dos de "las 4 chicas" reciben una clase de derechos civiles y lo que único que se les ocurre hacer es escribir en su cuaderno "I want pennis").

Un viaje que resulta desconcertante, donde no sabemos si reír, llorar o maravillarnos.